jueves, 16 de enero de 2014

¿Y DÓNDE ESTÁ EL DOCTOR?


Tras la difusión de los vídeos en donde hace declaraciones contrastantes –en que primero dice que las autodefensas entregarán las armas y luego dice que no lo harán hasta que caigan los cabecillas de los “caballeros templarios- José Manuel Mireles ha perdido presencia y hasta parece haber perdido influencia en el consejo de autodefensas de Michoacán, debido a su convalecencia, aislamiento y relativo exilio, tras el accidente en que se siniestró el avión en el que viajaba allá por tierra caliente.

No obstante, la CORRUPTA Televisa de nuevo da la nota en la agenda informativa. Televisa, siempre fiel, pero a los TV MONTAJES...

En su noticiero principal, conducido por Joaquín López Dóriga, transmitió un vídeo en el que aparece José Manuel Mireles, el líder y vocero de las autodefensas en Tepalcatepec, Michoacán. Ahí, Míreles lee un documento en el que dice que las guardias comunitarias van a deponer las armas. Pero al mismo tiempo en que Televisa difundía ese vídeo, otros medios publicaron otro vídeo en donde Mireles NO se apega a ningún guión, durante una conferencia con un reducido grupo de reporteros, quienes le hacen preguntas con respecto a la postura de las autodefensas frente al exhorto del gobierno mexicano para que entreguen las armas.



En ese segundo vídeo, Mireles afirma categóricamente que las autodefensas no entregarán las armas hasta que sean capturados los principales cabecillas del cártel de los "caballeros templarios". Es claro que Televisa y el gobierno quieren crear en la opinión pública la percepción de que hay desacuerdos, un principio de descoordinación y contradicciones entre los líderes de los grupos de autodefensa, pero que el desarme de los comunitarios es eminente.

Bueno será cuando los comunitarios michoacanos regresen a sus comunidades, pero PRIMERO se tienen que dar las condiciones para que luego no sufran represalias a manos de los delincuentes. El Estado mexicano está siendo presionado para que capture a los cabecillas del crimen organizado en esa región.

Y con respecto a esos dos vídeos en los que hace declaraciones José Manuel Mireles, ¿Ya se fijaron en las marcas de golpes que tiene en el rostro? Esos moretones y hematomas no parecen de varios días. Más bien parecen recientes. No sabemos si son marcas de golpes tras el avionazo del que Mireles resultó sobreviviente o si son golpes que le propinaron los mismos policías o agentes que supuestamente resguardan a este líder comunitario, en una presión para que lea algo que él probablemente ni escribió. 

Además, solo el consejo general de autodefensas podría reunirse y deliberar para decidir si deponen las armas o no; es algo que un solo líder comunitario no puede ordenar por sí solo, y Mireles, Hipólito Mora demás dirigentes de autodefensas ya han insistido bastante en este punto antes de que aparecieran los polémicos vídeos con declaraciones de un José Manuel Mireles en virtual cautiverio.


Todos estos detalles apuntan a un posible TV MONTAJE perpetrado por el gobierno y Televisa. En el primer vídeo, Mireles lee un texto, algo muy diferente de su actitud abierta y espontánea de expresarse, tal como se vio en el segundo vídeo. Hay bastante misterio con respecto a esta anécdota, sobre todo por que los periodistas que acudieron a la conferencia de prensa en el domicilio desconocido donde está el comunitario fueron tapados del rostro en el camino para no ver el camino para ubicar el punto de reunión. Bien puede ser por motivos de seguridad, ya que Mireles ha recibido varias amenazas de muerte por parte del crimen organizado, pero también coloca al vocero de las autodefensas en un limbo del cual los medios y la opinión pública percibimos como igualmente peligroso para este carismático personaje michoacano.

Al parecer, el gobierno de Peña Nieto quiso utilizar al vocero (cautivo de facto) José Manuel Mireles para influir en el consejo general de autodefensas y tratar de desmovilizarlos. En principio, los funcionarios en el gobierno tienen que asumir que los principales culpables de la situación en Michoacán son los delincuentes organizados, y que capturarlos hasta erradicar al cártel facilitará que entonces los miembros de las autodefensas depongan paulatinamente las armas, lo que traería por fin la tan ansiada paz a esa atribulada entidad.


Es entonces que se acumulan las preguntas: ¿Qué hay detrás de estos dos vídeos que Televisa quiso hacer ver como aparentemente contradictorios? ¿Porqué las lesiones de Mireles en el rostro se le ven tan frescas y recientes? ¿El avión de verdad se cayó por mero accidente o lo derribaron? ¿Porqué Mireles rompe con su habitual fórmula de comunicación y se dispone a leer un texto en sus más recientes declaraciones grabadas en video? ¿El gobierno dejará libre a Mireles, o ya prepara cargos en su contra? ¿Mireles es custodiado por las autoridades o está arraigado en los hechos? Y la pregunta más importante: ¿DÓNDE ESTÁ EL DOCTOR JOSÉ MANUEL MIRELES?

Como sea, al ya no estar Mireles en su comunidad de origen ni en las zonas de conflicto en Michoacán ha perdido capacidad de mando y decisión, mientras que las autodefensas se quedan sin un vocero cuya imagen había resultado de gran impacto en los medios hasta el momento de su accidente en avión.

Por supuesto que el pueblo mexicano quiere que por fin llegue la paz a Michoacán y al resto del país, pero la pacificación debe darse de una manera real y no simulada. Los líderes del crimen organizado en la región deben ser capturados y procesados penalmente, así como sus cómplices. Las policías municipales deben renovarse. Se tiene que combatir la CORRUPCIÓN política en Michoacán, fenómeno que contribuyó a la crisis de violencia desde hace décadas. Deben ser castigados los militares que dispararon contra civiles en el pueblo de Antúnez.

Mientras tanto, la opinión pública sigue sin conocer el paradero y destino de José Manuel Mireles, sí ha de quedar libre, será sometido a proceso judicial o si enfrentará aún más amenazas del crimen organizado. A muchos que lo quieren ver de nuevo reintegrado en su comunidad de origen, no les queda más que orar por su salud y su regreso a casa. *

                                                                                                    

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