Cuarón, el preguntón inoportuno (para Peña Nieto...) |
En claro aprovechamiento de su incrementado prestigio por la
obtención de premios Oscar tras la dirección de "Gravity", la
taquillera película de Hollywood, Alfonso Cuarón lanza un decálogo de preguntas
sobre la reforma energética al ESPURIO presidente Enrique Peña Nieto.
Es plausible que una persona de origen mexicano haga esta
clase de preguntas al poder político, sobre todo cuando en el contexto de la
marea de reformas constitucionales ha imperado la opacidad y las componendas
entre los principales partidos, de espaldas a los ciudadanos, mismos que son
declarados como simples mortales incapaces de comprender el alcance y los
aspectos técnicos que se discuten en las leyes secundarias cuyos proyectos se
discuten en el Olimpo mexicano, es decir, en el Congreso.
No obstante, también es interesante reconocer, con
preocupación y cierta dosis sana de alarma, que solo personajes mediáticos como
Alfonso Cuarón logran presionar y hacer que un gobernante finja dejar por un
momento su cotidiana soberbia para "amablemente" tratar de responder
a las inquietudes de un personaje famoso que no cuenta con información
suficiente sobre el alcance de las reformas a la Constitución.
Cuarón dice que si no tiene información es por que Peña
nunca se molestó en proporcionarla a los mexicanos, y es cierto, pero inquieta
sobremanera que el debate político en México quede reducido a un mero coloquio
entre famosos y poderosos, magnificado por la cobertura en los medios. Y que no
se nos malinterprete. Esto no es culpa de Alfonso Cuarón. Por supuesto que las
10 preguntas que hace acerca de la reforma energética son puntuales y necesarias,
sobre todo esa que pide saber cuándo empezarán a bajar los precios de los
combustibles, tal como se prometió y se cacareó en los spots oficiales, a
través de las palabras de un estúpido en la pantalla de televisión, que
sostenía un par de recibos de luz y gas.
Sin embargo, tenemos que reconocer un vicio de origen en
este suceso de las 10 preguntas: Peña Nieto y su gabinete SÍ hacen caso de las
preguntas sobre la reforma energética hechas por un mero director de cine, pero
el mismo gobierno a la vez NO está ni estará dispuesto a responder a preguntas
similares hechas por VERDADEROS politólogos y analistas del tema energético,
como Lorenzo Meyer, o Sergio Aguayo, por mencionar algunos.
En conclusión, qué bueno que el debate sobre la reforma
de reformas siga viva y en desarrollo, con la inclusión de más voces y
opiniones, pero es importante que usted se dé cuenta de la selectividad con la
que actúan los políticos a la hora de atender las inquietudes de los
gobernados. Así está la cosa: si usted no es un premio Nobel, un medallista
olímpico, un súper-millonario-mega-magnate o un renombrado director de cine,
simplemente no será escuchado. Es entonces cuando cabe preguntar: ¿Qué clase de
democracia tenemos en México?.*
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